La oración: el motor de nuestro camino.
"Pedid y se os dará" dice el Señor.
Imprescindible es la oración por los frutos espirituales y por el buen desarrollo de la peregrinación.
Los que peregrinamos elevemos nuestro corazón, todas nuestras intenciones, los contratiempos, las alegrías, el agradecimiento... todo ofrecido al Señor por medio del Corazón Inmaculado de la Virgen María.
Los que no podéis venir os pedimos muy vivamente que nos tengáis presente en vuestra oración.
Vosotros contad con la nuestra, os encomendaremos especialmente.
Rezamos al ángel de la guarda de nuestros hijos, que estos días tendrán mucho trabajo.
A punto de comenzar esta peregrinación, empecemos como nos invitaba el Santo de Loyola: viviendo el sueño de Dios para nuestras vidas... Ese sueño que María Inmaculada, nuestra Señora de Lourdes nos mueve a vivirlo en pobreza, humildad, en la Confianza de que su Amor, el Corazón de Jesús, sea querido.
Corazón de Jesús que nos espera, que es Ternura. Corazón, donde vivir amando para morir de amor.
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